El senador del PP Martínez Maíllo 'enchufa' a su mujer como asesora en Majadahonda con un sueldo de 45.000 al año
El reciente nombramiento de Nereyda Blanco Chois, esposa del senador Fernando Martínez Maíllo, como asesora técnica en el Área de Órganos de Gobierno del Ayuntamiento de Majadahonda, ha encendido las alarmas sobre el nepotismo desenfrenado en las filas del Partido Popular (PP). Este puesto, con un salario superior a los 45.000 euros, es percibido por muchos como una clara muestra de cómo el poder se utiliza para beneficiar intereses personales, a expensas de la credibilidad del partido.
Lejos de ser una simple estrategia administrativa, el movimiento es, según fuentes internas, un intento descarado de la alcaldesa de Majadahonda para escalar posiciones en Génova, buscando favores políticos y asegurándose un lugar privilegiado en las altas esferas del PP. Lo más preocupante es que lo ha hecho de espaldas al PP Regional de Isabel Díaz Ayuso, lo que ha generado un ambiente de tensión en las filas del partido madrileño, evidenciando desavenencias internas que amenazan con romper la cohesióny el mensaje impulsados por Ayuso en la Comunidad de Madrid.
Este caso no solo pone en entredicho la credibilidad de la alcaldesa, sino que también desnuda la hipocresía de un partido que ha criticado ferozmente prácticas similares en otros partidos, como el nombramiento del hermano de Pedro Sánchez en la Diputación de Badajoz. La diferencia es que, en esta ocasión, la cúpula del PP, liderada por Alberto Núñez Feijóo, ha optado por mirar hacia otro lado, una decisión que no ha pasado desapercibida y ha desatado la indignación entre los miembros del PP más leales a Ayuso.
Las críticas apuntan directamente al liderazgo débil de Feijóo, quien, al no tomar medidas contundentes, da pie a la percepción de que este tipo de maniobras corruptas se han normalizado dentro del partido. El cinismo con el que el PP maneja esta situación contradice su discurso público sobre transparencia y mérito, lo que inevitablemente socava su credibilidad frente a la opinión pública.
Lo que debería haber sido un simple nombramiento técnico se ha convertido en un escándalo que amenaza con erosionar la confianza en el liderazgo del PP, mientras los votantes observan cómo las mismas tácticas que el partido reprocha a sus adversarios son utilizadas sin reparos en sus propias filas. Cada vez es más evidente que la cúpula del PP está más preocupada por mantener contentos a sus familiares y aliados que por restaurar la confianza de los ciudadanos en la clase política.
"Si Feijóo no toma medidas drásticas y ejemplares frente a estos actos de favoritismo descarado, el Partido Popular se arriesga a perder aún más credibilidad de cara a las próximas elecciones o ante una posible moción de censura, máxime cuando estamos mendigando el voto de Junts", comentó un dirigente popular de Madrid a Elinfiltrado.es. Los ciudadanos ya están cansados de ver cómo las promesas de transparencia se desmoronan frente a los intereses personales y políticos de sus dirigentes. Este escándalo, si no se ataja a tiempo, podría ser un clavo en la reputación de un partido que, irónicamente, se ha posicionado como el gran defensor de la meritocracia.