Sorpresa e incomodidad: La inesperada presencia casadista en la boda de Almeida sorprendió a Ayuso
Según ha podido saber elinfiltrado.es de fuentes del PP, la presidenta madrileña se sintió incómoda al ver a antiguos colaboradores de Casado en la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Al parecer, se convirtió en un inesperado escenario político que dejó a más de uno sorprendido. Fuentes cercanas al Partido Popular (PP) han revelado que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, vivió un momento de incomodidad al ver la presencia de varios cargos asociados al entorno de Pablo Casado y Teodoro García Egea en la celebración.
Entre los invitados que generaron sorpresa e incomodidad, destacó la presencia de David Erguido, antiguo concejal del PP y María Pelayo antigua jefa de prensa del PP, ambos conocidos por su estrecha relación con Casado y responsables de la propagación de los mensajes más oscuros sobre Tomás Diaz Ayuso. Su asistencia no pasó desapercibida para la presidenta de la Comunidad de Madrid, que no esperaba encontrarse con algunos de los llamados "casadistas" y "egeístas" en un evento tan señalado, sobre todo porque muchos de ellos fueron los mismos que, en su momento, estuvieron vinculados a supuestas investigaciones sobre los negocios y la situación fiscal de su hermano, desde el propio consistorio. Estas investigaciones causaron una profunda crisis interna en el PP, tensando la relación entre la presidenta y el entonces líder del partido, Pablo Casado.
Lo que más habría sorprendido a Ayuso es que estos antiguos aliados de Casado no solo siguen ocupando puestos de relevancia en el Ayuntamiento de Madrid, sino que también continúan gozando de la amistad y simpatía del propio Martínez-Almeida. El alcalde, que en su momento fue uno de los principales apoyos de Casado, ha mantenido vínculos estrechos con estos cargos, incluyendo a David Erguido, lo que ha generado cierta incomodidad en la presidenta madrileña.
Este episodio ha puesto de manifiesto las tensiones latentes dentro del PP de Madrid, donde la herencia del casadismo parece estar más presente de lo que muchos pensaban. A pesar de que Pablo Casado ya no ocupa la presidencia del partido, su influencia aún se siente a través de las personas que dejó colocadas en posiciones clave, especialmente en el consistorio madrileño.
Fuentes internas aseguran que Ayuso, aunque ha logrado consolidarse como una de las figuras más destacadas del PP a nivel nacional, se ha dado cuenta de que no todos los enemigos han desaparecido. La presencia de los casadistas en la boda de Almeida fue un recordatorio incómodo de que algunos de los que en su momento apoyaron las investigaciones sobre su hermano, de manera sucia y ruin, siguen teniendo peso y poder en el entorno político madrileño.
Este hecho podría ser un factor a tener en cuenta en las futuras dinámicas políticas del PP madrileño, donde las lealtades y alianzas siguen siendo un tema sensible. Mientras tanto, la incómoda sorpresa de Ayuso en la boda de Almeida es una muestra más de que, en política, las relaciones personales y las influencias internas pueden ser tan determinantes como las decisiones de gobierno.